jueves, 15 de marzo de 2007

Finlandia

Te iba a mandar un e-mail, pero me he acordado del blog y me ha dado algo de lástima. Me he dicho: "Si total, se trata de música, de subir un par de canciones, hazte una entrada, joder". Y a ello voy.

Supongo que recuerdas que el viernes pasado, en el Blue Note, pusieron un tema de Chano Domínguez en colaboración con vete tú a saber quién, bastante largo, que empezaba con un saxo, luego un cantaor decía no sé qué de la virgen y más tarde entraba, para no volver a salir, el piano. Estuvimos comentando que si parecía que la música estaba ahí contenida, que no acababa de arrancar, que sugería más de lo que daba y demás pajas mentales. Pues bien, escuchando el último disco de los 17 hippies, me he topado con UNA CANCIÓN a la que le pasa algo parecido y esa es la excusa para escribir esta entrada, hala.

Por cierto, alguien grabó un cacho del concierto de los 17 hippies en la sala Caracol con el móvil y lo puso en el tubo: video 1, video 2, video 3.

Otra canción de ese estilo, el de no acabar de arrancar podría ser "Pepita", de Calexico (Feast of wire, 2003), con la que Adidas hizo un anuncio no hace mucho tiempo:



Y por último, una canción que ni es contenida, ni sugiere nada y además lo que dice lo dice dos veces, por si la primera no te has enterado. "Perikunta", de Alamaailman vasarat (Vasaraasia, 2000). Si a ti se te ocurre alguna de las otras, no dudes en hacérmelo saber. De momento pongo un videoclip de los tíos estos que no puede ser más surrealista:



Más videos de los fineses locos estos en YouTube.
Crítica del disco Käärmelautakunta (pronúncialo, va) en Pitchfork.

Oye, que ya que estamos en Finlandia, no puedo dejar pasar la oportunidad de subir otra canción. "Musta katu", de Paavoharju (Yhä hämärää, 2005) esta vez con letra, que sé que estás deseando cantar en suomi. Es el tema que cierra el disco, y no se parece en nada al resto. Mientras que el disco está lleno de lirismo, espiritualidad, voces casi operísticas y densidad electrónica, "Musta katu" libera toda la tensión acumulada durante la escucha con un ritmo sencillo y pegadizo, melodía pop y una voz normal, por fin, que a mí por lo menos me pone de buen rollo.



Por cierto, el himno no oficial de Finlandia también es de esos temas que parece que no acaban de arrancar, aunque yo, cada vez que lo escucho, procuro no salir de debajo de la cama hasta que termina, por si acaso.

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