La reforma fiscal Sociata (Aplastando a familias con salarios inferiores a 30k€))
Adjunto enlace interesantisimo, sencillo y en el que se explica claramente muchos de nuestros males. A disfrutar....
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Publicado por FulgeN en 21:08 0 comentarios
Qué tal muchach@s,
En relación con el artículo que escribió nuestro compañero García, 'Los jóvenes de la sociedad actual', os propongo la lectura de un artículo de El País acerca del mismo tema escrito por Javier Marías, 'Pieles finísimas'.
Desde luego Javier Marías no es de mi agrado, es más bien de mi desagrado ;) pero vaya, el artículo está bien.
Saludos!!!
Publicado por K en 19:35 1 comentarios
Publicado por FulgeN en 13:55 3 comentarios
Etiquetas: Musica
Desde hace unos días, nos están explicando en televisión ciertos personajes reconocidos (o no) lo que han supuesto los altercados sucedidos (en Pozuelo) recientemente entre jóvenes españoles y la policía –como fenómenos antropológicos, en los anodinos programas televisivos de debate.
Y finalmente me he decidido a plantear la cuestión de forma más o menos ordenada para intentar comprender, no sólo dichos sucesos, sino también la evolución social, fundamentalmente entre los jóvenes. Por supuesto, no lo mantengo como algo definitivo (pues podría tener valor 0) ni siquiera para mí mismo: que más bien es una reflexión acerca de lo que se puede interpretar, y una forma de pasar la tarde.
La exposición no es buena, a modo de premisas silogísticas, sin un desarrollo como me habría gustado, pero no es un tema del que esté interesado tanto como para dedicarle demasiado tiempo.
Lo primero es decir que la interpretación parte de la idea de que lo sucedido no es un caso aislado, sino una representación de lo que ya hierve entre todos o la gran mayoría de los jóvenes españoles.
Análisis:
-La primera clave que hay que tener en cuenta es la competitividad como modelo que abarca toda nuestra realidad social, cultural y política, donde la economía es el máximo exponente de ello y que encierra los aspectos anteriores.
-Desde el pasado (remoto y reciente) ha habido grupos marginales y gran desigualdad entre las clases sociales en el país.
-Esos grupos marginales, en los orígenes de la democracia y la abertura al capitalismo han sufrido las consecuencias negativas que toda sociedad con un modelo económico capitalista lleva consigo. (No juzgo el modelo, es una visión neutral. Y creo que son evidentes tales consecuencias, pues un sistema económico sin periferia social y económica –es decir: inadaptados en función de la economía y por tanto, necesariamente una inadaptación social: es perfectamente necesario. Cada cual que juzgue este sistema capitalista, pero de cierto es, como algo objetivo, que su base es la de la desigualdad económica, pues para que funcione tiene que haber alguien que tenga medios de producción, ofertándolos, y sobre todo, quien los demande para poder adquirirlos con posterioridad. En este proceso hay exclusiones necesarias: los grupos marginales; o inclusiones también necesarias de parte de esos grupos marginales. También es cierto, por salvar un poco lo que pudiera parecer una crítica, que la posmodernidad y el neoliberalismo tratan de reducir el margen de la periferia. Pero luego ha llegado esta crisis... Sospechoso cuanto menos)
-Las consecuencias negativas implican una aceptación de la situación cuando esta se ha convertido en un pozo sin fondo, en unas arenas movedizas. El concepto de endoculturación, el cual explica la continuidad de la cultura entre padres e hijos, no puede en cambio explicar la evolución de la misma, que es lo que tenemos entre manos. Hago referencia a esto porque el antropólogo norteamericano Marvin Harris, expone que no toda pauta replicada (repetida de padres a hijos) es el resultado de la programación de una generación por parte de otra. El fenómeno de la pobreza, por ejemplo, exige que muchos pobres sigan las pautas de sus padres, no porque los progenitores deseen que sigan esas pautas, sino porque se enfrentan a los mismos condicionamientos políticos y económicos.
-La aceptación de la situación, frente a un mundo paralelo con unos determinados usos sociales y otra determinada moral, lleva consigo la creación de una moral propia que se contrapone, no radicalmente a la manera de una transvaloración de los valores (Nietzsche), pues están sujetos al mismo nivel estructural de los fundamentos de la cultura y a cierta miseria (al menos comparativa) y a un sentirse híbridos: sino fenoménicamente a la moral imperante. Esto es: una moral de resentimiento frente a la dominante (o de mayor resentimiento como Nietzsche diría puesto que ya considera a esa moral imperante una moral de resentimiento. Pero eso es ya otro tema. Sólo quería resaltarlo para que no haya confusión. Es decir, no me remito al sentido nietzscheano)
-Esta moral de resentimiento vinculada al modelo de competitividad, una vez que impregna toda su forma de vida: rompe con toda compasión (compasión en el buen sentido) y la proliferación de la violencia como respuesta.
-Esta violencia se convierte en la base de la forma de vida como una selección social.
-Por otro lado, la evolución de la democracia y el neoliberalismo tiene su auge en la década de los noventa, lo cual significa que por esa función reductora de distancias entre el epicentro (el cual no sería las grandes élites, que estarían fuera del sistema, controlándolo) entre el epicentro y la periferia, haya una homogeneización de la sociedad.
-Esta homogeneización social supone una acogida de los grupos marginales encargándose de ello el sector público principalmente, en esa época de prosperidad. Y hay entonces una interacción entre toda la masa (de ovejitas) de la población.
-Por esa interacción se produce el intercambio de valores. Y nuevamente la selección social, que entre los jóvenes es más importante por su impresionabilidad, hace su trabajo: y se impone entonces esa moral individualizadora que da valor al sujeto en tanto este se sobrepone a los demás como fuerza social. Ya desde muchas décadas atrás, la moda (en todos sus aspectos) suponía, más que una unificación, como habitualmente se cree, una individualización en un mundo en el que se había perdido toda referencia anterior. Eso son los comienzos del siglo XX: una crisis humana en todos los estratos o niveles de la cultura, pese a los grandes avances técnicos y científicos. Pero esa crisis es otro tema. Solamente hacer notar que su influencia llega hasta el atardecer del siglo, de alguna manera u otra)
-Esa moral de la individualización como forma de quehacer social (como más aptos) unida a la competitividad (que impera al menos en todo el siglo XX por influjo del neoliberalismo) comienza a establecerse de forma permanente y cuyo vehículo es la violencia, no sólo entendida como acto físico o psicológico, sino como forma de aptitud, de enfrentarse a una realidad en la cual por una parte es competencia y tienes que adaptarte y por otra es negación de ese comportamiento que precisamente conforma como ya se ha dicho su subjetividad circunscrita a su cotidianidad.
-Por esa aptitud violenta que supone una afirmación y una negación surge la segunda clave importante para entender la actualidad: la esquizofrenia emocional (forma exagerada de llamarlo para denotar que se trata de una lucha interna)
-Esta esquizofrenia emocional implica la pérdida de un centro de acción del sujeto, creando un vacío generacional. dentro de uno mismo, pero siendo un sentimiento colectivo.
-Ese vacío generacional, que es vacío interno, lo cual implica un vacío intelectual y sentimental: requiere por parte del sujeto poblarlo de emociones, las cuales nunca llenan, porque no hay un centro que las retenga: es una búsqueda constante de emociones. Es cierto también que de otro modo hay un centro egótico que cada vez se incrementa más. Pero es de valor limitado y frágil, que sólo se identifica con unas descripciones, como un nombre, una condición social, etc. y con unas acciones de carácter emocionales en su fondo, con un entramado muy complejo de actividad humana que conforma eso que llamamos personalidad. Pero ciertamente, se repite, es de valor limitado y frágil.
-Si unimos a ese deseo insaciable la competitividad, la individualización y la aptitud violenta: nos encontramos ante una afirmación de su ser en el mundo como lo entienden los jóvenes de los que se está hablando.
-Pero, ¿qué es lo que posibilita que tal voluntad colectiva se haya convertido en generacional y, más importante, haya amplificado su fuerza tanto como para creer esos jóvenes que son una entidad diferente de cuantas han experimentado en su entorno: que son su identidad es propia? Sin dudar ha sido promovida de alguna manera como forma significativa de afirmación: esa voluntad colectiva, que se encontraba ya en sus ámbitos sociales como generacional (debido a todo lo explicado anteriormente acerca de la moral y la homogeneización.
-Y toda esa difusión se ha llevado a cabo en primer lugar por la necesidad capitalista de abertura a todos los rincones de las sociedades, y en segundo lugar y subordinado a ello, por los mass media, especialmente por la televisión, que su estructura básica es meramente una forma de capitalismo. Además, hay que tener muy en cuenta que en esta sociedad morbosa las ideas tienen la mecha muy corta, y rápidamente se extienden. Y por esa pérdida del centro de acción y por la conciencia adquirida: resulta muy fácil pensar que los jóvenes acepten una idea o actividad, sobre todo si es conjunta, que para el resto de la sociedad es una locura. Nuestro amigo K hablaba en un post que no era tan difícil dejarse llevar por una situación, por ejemplo en el trabajo, y acabar teniendo una moral muy distraída. Yo, que acepto tal análisis, considero que está íntimamente ligado a esos malos actos de los jóvenes: si los vieran con los ojos de una señora mayor, por ejemplo, no los harían ni en broma.
-De la difusión se ha hecho referencia a sus causas de manera breve. Pero en cuanto a la amplificación de la fuerza que ha adquirido esa voluntad colectiva es evidente que requiere de otro sustrato, del que la difusión va a hacer su idea principal como exaltación de la conciencia de los jóvenes en los medios comunicativos que estos tienen a su alcance.
Y ese sustrato yo considero que es lo que los antropólogos han denominado abismo generacional, que es la tercera clave fundamental. Margaret Mead explica que en el pasado siempre había ancianos que sabían más que cualquier niño en razón de su experiencia. Pero actualmente los padres ya no son guías, es más –asevera Mead– ya no hay guías. No hay ancianos que sepan más sobre este mundo actual que lo que saben las personas criadas en los últimos veinte años sobre el mundo en el que nacieron. (1970:77-78)
Lo que dicho de otra manera sería: tú no sabes más que yo sobre este campo de batalla; tu forma de vida no es mejor que la mía, ni tus ideas ni convicciones ni tus usos ni tu moral.
En la misma línea se considera al concepto de endoculturación como el que explica (dicho brevemente) que una cultura se transmita de padres a hijos, es decir, la continuidad de la misma. Pero, como se dijo al principio, tiene limitaciones porque no puede explicar la evolución de la cultura, pues la replicación de las pautas nunca es completa de una generación a otra, y continuamente se añaden nuevas.
En el caso del abismo generacional no se puede explicar tal, por la endoculturación. Y es así que el problema que llevamos entre manos resulta ser muy específico e inaudito.
-Finalmente decir que a todo esto se le añade todo el influjo social preexistente antes de a lo que hago referencia; así también como las personalidades concretas de los adultos que pueden observar como sus padres, sus profesores, los políticos, etc.; y diversos medios como internet de difusión propia. Todo esto influye de forma inconsciente y es muy importante para entender esa evolución. Pero sin embargo yo no lo he tratado porque quería ceñirme exclusivamente a lo que yo he creído que eran los principios elementales. Tampoco he mencionado el alcohol, las drogas, los tipos de cánones o las tribus urbanas por la misma razón. Es perfectamente visible dónde, en cuáles de las premisas anteriores estarían incluidas cada uno de esos fenómenos accesorios, que por así considerarlos: no los he incluido.
Publicado por García en 16:42 3 comentarios
Leo en El Economista que se ha publicado el informe sobre la productividad en cada país.
Yéndonos a la fuente oficial, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) podemos obtener el informe.
En éste enlace, encontramos la clasificación de cada país.
Sorprende ver a España en el puesto 33, habiendo caído 4 puestos respecto al año pasado (puesto 29), por detrás de países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Malasia, Irlanda, Islandia, Arabia Saudí, *China*, Chile, República Checa o Brunei.
Bueno, hay que resaltar lo primero de todo que la noticia recogida en El Economista, no está bien. El análisis no es de la productividad (que también la hay, y es un informe más duro), sino que es un análisis de "competitividad", que, si se lee el informe del Foro (cosa que no habrá hecho el periodista, claro), tiene en cuenta no sólo la productividad, sino la capacidad de ahorro del país, la deuda del país, la inversión en infraestructuras, en sanidad y en educación, ... (son unos cuantos índices).
Eso puede explicar que algunos países productores de petróleo estén por encima de España (Qatar, EAU, Arabia Saudí, Brunei) puesto que tienen grandes ingresos debido al petróleo, y poca población, con lo cual las infraestructuras y servicios pueden ser muy buenos sin que por ello la productividad tenga que ser mejor que en España. De todas formas, hay que decir que la gente está espabilando bastante y que esos países (sobre todo en la península arábiga) están tomándose muy en serio lo de la economía global y están invirtiendo bastante en educación y en tener tejido empresarial (claro, por eso están ahí en el informe).
En cualquier caso, me hace gracia cuando en España nos quejamos de que cobramos poco. Claro, como siempre, los problemas son externos. Cobramos poco, porque generamos poco, porque nuestra productividad es baja comparada con otros países como Francia (que alguna vez ha liderado esa clasificación), Alemania, Inglaterra.
La productividad sí es un factor medible y objetivo, no interviene el dinero destinado a la educación, o lo que se invierte en infraestructuras, y cómo se ponderan esos índices, que es algo más subjetivo.
La productividad lo que suele medir [creo] es el valor de lo que genera (en moneda contante y sonante) un trabajador en un determinado plazo de tiempo. Es decir, un trabajador de Luxemburgo genera 20$ a la hora o un Español 15$ (es una forma de hablar, ahora no recuerdo las cifras, prometo buscar las tablas). De ahí es de donde nos pagarán. Si queremos ganar dinero, ese número deberá ser alto.
Cuando se utiliza el dato en modo impersonal, parece que hace menos daño: "la productividad en España es baja respecto a otros países europeos". Pero cuando se menciona ese dato de forma activa, directa, sí que es sangrante, como leía el otro día en 'The Economist': "la empresa decidió no instalarse en España porque la productividad de sus trabajadores es bastante baja en comparación con los países de su entorno". Vaya, empieza a parecer que nos llaman vagos. Y lo peor es que los números no mienten. Así que deberemos serlo.
Estando en Francia pude ver por qué nuestra productividad es baja. Está bien lo de viajar fuera, entre otras cosas, para ver a tu país con perspectiva.
Nuestra productividad es baja como resultado de nuestra cultura. La cultura española es una cultura muy abierta, muy dada al contacto interpersonal, vaya, a charlar y a preocuparnos por cómo le va la vida al otro.
Esto por una parte es estupendo, pues hace que el ambiente de trabajo sea fantástico y la gente esté agusto (que luego tampoco es así, porque en la ecuación intervienen más factores, como los jefes, por ejemplo). Pero vaya, eso es lo que hace (entre otras cosas) que un español cuando viaje al extranjero diga que como en España no se vive en ningún lado: en el trabajo también disfrutas, te relacionas con tus compañeros y es posible que alguno de ellos sea bastante amigo. Ojo: pero te relacionas en el trabajo.
En donde estuve trabajando en Francia, por ejemplo, me sorprendió cómo hasta el cuarto o quinto mes, los trabajadores que se sentaban en una misma habitación no se iban a comer juntos. Y no era así porque entre ellos no había charla, no se preguntaban por el fin de semana, y la pregunta por las vacaciones se respondía con una frase de rigor. Así que si tenían que preguntar a algún compañero algo, se levantaban, iban, preguntaban y volvían. Algo impensable en España.
En España funcionaría algo como ésto: me levanto, voy, le pregunto por la novia/amigos en común/vacaciones/el finde, pregunto, le vuelvo a comentar algún tema que se me ha quedado en el tintero a escoger de entre los anteriores, vuelvo hacia mi sitio, en el camino me cruzo con Luis, que joder, hacía tiempo que no lo veía, así que vuelvo a escoger un tema de entre los anteriores y le pregunto. Entre quince minutos y tres cuartos de hora después de lo que debía, regreso a mi sitio. Entonces le comento a mi compañero que qué desmotivador, que si trabajase en Alemania que estaría cobrando bastante más. Y comento el caso de un amigo que se fue para allá y que cobraba XXXXX€, y vuelvo a perder otros 10 minutos.
Mientras, el alemán en 10 minutos hubiese preguntado y ahora lleva trabajada una hora más que yo.
Eso día tras día, suma muchas horas, o en lo que se puede traducir, en más productos sacados, en más patentes, o en lo que quieras reflejar esa mayor productividad, y en última instancia, en un mayor beneficio generado.
Lo espinoso del asunto es qué hacer. ¿se pierde la idiosincrasia española, aquello que nos diferencia de nuestro entorno en aras de una mayor productividad? ¿o se mantiene nuestra identidad cultural a costa de ir descendiendo puestos en la escala de productividad?
No es una respuesta fácil porque en España se vive bien entre otras cosas por ese ambiente laboral. Y cambiar en la dirección de una mayor productividad implica un cambio cultural a nivel individual muy grande, y muy complicado. Lo suyo sería productividad en el trabajo, fuera ser 'cálidos'. Pero la gente no es digital, y nos solemos comportar más o menos igual en las cuestiones fundamentales tanto en la oficina como en la calle según el patrón que hayamos aprendido (alemanes y franceses son fríos tanto en la oficina como fuera).
Ains.... problemas, problemas. Ésta es una buena disyuntiva! ¿Qué opináis?
Publicado por K en 22:11 6 comentarios
Venga, porque sois vosotros, hoy, ya que hablamos de indios, vaqueros, y tipos duros ración doble.
Ésta es de Sin Perdón (Unforgiven) (1992)
A disfrutar.
Publicado por K en 19:59 3 comentarios
Cerrad los ojos y escuchad la música del videoclip.
Demasiada épica y solemnidad para esas imágenes. A esta música lo que le viene bien son unas buenas lineas, un buen texto. [ale, con cierta soberbia mezclada con ingenuidad, me lo apunto en la lista de tareas]
Saludos
Publicado por K en 18:48 0 comentarios
Hola a todos,
Aunque no suelo (y no me gusta) escribir post para remitir simplemente a otro artículo, esta vez debéis concederme la licencia.
Echadle un vistazo a este artículo en El País ("Donde dije digo... digo impuesto") donde hace una revisión de la política económica que ha aplicado Zapatero desde el inicio de la crisis.
El suplemento 'Negocios' ha sido siempre un poco más libre que el periódico diario y siempre se han permitido hacer pequeñas críticas al Gobierno (antes más [antes de que cambiaran de arriba a abajo la edición Negocios, y redujeran en un gran porcentaje el número de páginas -reduciendo el número de artículos propios de análisis y lanzándose a introducir artículos comprados de periódicos de habla anglosajona-])
Pero este artículo supone una auténtica bofetada al gobierno. Bueno, más que una bofetada, se asemeja más a un puntapié en sus partes. Habrá que ver el alcance de este artículo. Desde luego revuelo creará.
A mi entender, este cambio editorial puede deberse a varios motivos:
Publicado por K en 12:30 0 comentarios
Ya sé que el amor puede parecer lo fácil (y lo es), ¡pero qué necesario se nos presenta ante nuestro cuerpo diariamente! Y no es evitable transcribirlo, ea.
CON LA SOLA INVACACIÓN DEL DESEO
Sin ti vago en la noche de los sentidos ciegos.
Guillermo Carnero
Con mi amor sé crearlo todo más que un mundo, más
que una vida, todo más que una muerte. Pero
sin esa naturaleza que te fantasea el cuerpo
y te deshace de calles, de tiendas, de lunes,
y nos agota de laberintos y oficinas, y me aleja de mercaderías
y sueños grises: no puedo alcanzarme
–confundido con tu vida uno a uno, luz a luz:
más allá de mí sobre el deseo,
más allá de mí sobre otros hombros.
Y mientras, todo aquello –mundo, vida y muerte:
es una realidad ya sin amor ni hermosura ni luz ni ganas.
Que yo no quiero caminar absorto ya por calles que detesto
donde sólo veo lugares mustios y personas también grises,
con la sola invocación de mi deseo: que me desvivo de soledades
de ti cerca de algún cine o de las lencerías. Y encuentro entonces la forma
de tus piernas en los maniquíes como para ponerme a llorar. Y dejo un silencio
desbocado en los escaparates. La mirada deshecha en gritos,
desconocida. Pues en ella contengo la imagen perfecta de un abismo
o de tu vida. Y subo desde el fondo de mi voz para en fin encontrarte sólo
en la boca. Y recorro las plazas, los parques y las avenidas, los mercados y todo es mentira
porque tú no estás. Y pienso en cómo apuñalar los muros de las ciudades: y yo no sé… pero
se me acaban todos mis destinos porque tú no estás y quiero terminar con todo en un giro del mundo.
Alejo la mirada, entristecida de todas las cosas.
Y me aparto lentamente hacia un final pensando:
Sin ti soy solamente como un esperma de origen
en un mundo de asfalto.
Publicado por García en 22:16 0 comentarios
Publicado por Miguel en 18:58 2 comentarios