sábado, 5 de septiembre de 2009

Poema

Ya sé que el amor puede parecer lo fácil (y lo es), ¡pero qué necesario se nos presenta ante nuestro cuerpo diariamente! Y no es evitable transcribirlo, ea.

CON LA SOLA INVACACIÓN DEL DESEO

Sin ti vago en la noche de los sentidos ciegos.
Guillermo Carnero

Con mi amor sé crearlo todo más que un mundo, más
que una vida, todo más que una muerte. Pero
sin esa naturaleza que te fantasea el cuerpo
y te deshace de calles, de tiendas, de lunes,
y nos agota de laberintos y oficinas, y me aleja de mercaderías
y sueños grises: no puedo alcanzarme
–confundido con tu vida uno a uno, luz a luz:
más allá de mí sobre el deseo,
más allá de mí sobre otros hombros.
Y mientras, todo aquello –mundo, vida y muerte:
es una realidad ya sin amor ni hermosura ni luz ni ganas.
Que yo no quiero caminar absorto ya por calles que detesto
donde sólo veo lugares mustios y personas también grises,
con la sola invocación de mi deseo: que me desvivo de soledades
de ti cerca de algún cine o de las lencerías. Y encuentro entonces la forma
de tus piernas en los maniquíes como para ponerme a llorar. Y dejo un silencio
desbocado en los escaparates. La mirada deshecha en gritos,
desconocida. Pues en ella contengo la imagen perfecta de un abismo
o de tu vida. Y subo desde el fondo de mi voz para en fin encontrarte sólo
en la boca. Y recorro las plazas, los parques y las avenidas, los mercados y todo es mentira
porque tú no estás. Y pienso en cómo apuñalar los muros de las ciudades: y yo no sé… pero
se me acaban todos mis destinos porque tú no estás y quiero terminar con todo en un giro del mundo.
Alejo la mirada, entristecida de todas las cosas.
Y me aparto lentamente hacia un final pensando:
Sin ti soy solamente como un esperma de origen
en un mundo de asfalto.

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