domingo, 12 de abril de 2009

Corto II...

Ya veo que la 9 m.m aún ronda mi cabeza (con engastaciones de oro, usted nada de baratijas, yo en su caso tendría la culata tallada en marfil). 

Señor K, la bala, ¿también decorada? en ese caso que sea Pavé (toda hecha con incrustaciones de diamantes), porque si es así, aunque sea una 9 m.m no me importaría tenerla; no hay nada como un agujero humeante provocado por más de 100 diamantes incrustados en tus sesos, mientras un hilillo fino de sangre caliente se derrama, cayendo suavemente por el rostro como lágrimas carmesí . Sin duda sería un rastro de sangre y una forma de perder la vida muy brillante y muy caro. 
Como decía, si ya de por si, creo que me falta educación y cultura, con un cañón apuntando a mi sien, y bajo amenaza de balazo, quién no se olvida de poner señor en vez de Señor, acepte mis disculpas Señor K.

Y aun arriesgándome a las iras del Señor K, mucho me temo que este segundo corto no es tan divertido como el anterior, he estado dudando un buen rato si lo ponía como segundo visionado. Aquí la estética cambia radicalmente, pero no por ello deja de ser bonita. Aunque no soy objetiva, me cuesta mucho separar lo bello de lo feo bajo los cánones sociales estéticos actuales, ya que dentro de lo antiestético encuentro más alicientes que lo que es bello de por sí. Pues este corto es así, no me atrajo por sus "formas bonitas", me atrajo su historia, bueno, "sus historias" . Y algo de lo que me he dado cuenta recientemente, los cortos que recomiendo (que poco me gusta esa palabra, denota conocimiento, y en audiovisuales soy una principiante), es para todos los públicos y todos los idiomas, porque nunca hablan.
Para quedar en plan "kultureta" he estado buscando más información sobre su autor, un video-creador polaco llamado Zbigniew Rybczynski (Zbig para los amigos); te cagas, ya con ese nombre como poco habréis pensado que soy otra "fumada" más de Bellas Artes y que os voy a meter un corto "infumable". Tranquilos, que dejarse, se deja ver. 
Lo que no sabía es, que el corto ganó incluso un Oscar en 1983, y aquí ya pensáis lo que queráis, si ganarlo es o no algo bueno. Y que Zbig ha ganado infinidad de premios, hasta de la MTV. Aquí os dejo su web por si queréis conocerle un poquito más.

Después de toda esta parrafada sin sentido, y para que os animéis un poco, sabed que querréis verle más de una vez, y que incluso os quedaréis con la musiquilla y la tararearéis durante un buen rato. Por cierto, no os lo he dicho, se titula Tango.

Shall we dance? Je!


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